Un estudio realizado en colaboración con la UAB concluye que los niveles de radón presentes en ALBA son muy inferiores al límite establecido por la normativa europea 2013/59/EURATOM. El radón es un gas que se escapa del subsuelo y penetra en los edificios. En concentraciones muy elevadas supone un riesgo considerable de desarrollar cáncer de pulmón.

24 de enero 2019 -

  El radón es un gas noble ampliamente presente en nuestro entorno. Se escapa del subsuelo, donde se origina por la desintegración del radio y uranio, y puede colarse en los edificios que habitamos sin que lo notemos, ya que se trata de un gas inodoro, sin sabor ni color y soluble en el agua.

Este invitado no deseado, va generando continuamente otros elementos radioactivos que están presentes en el aire que respiramos y que se alojan en los pulmones, depositando energía de manera local, y en concentraciones elevadas dañando el tejido pulmonar y llegando a desarrollar cáncer de pulmón. Hoy en día el radón es la segunda causa de cáncer de pulmón, después del tabaco, siendo el responsable del 9% de las muertes que se producen en Europa por esta enfermedad.  

La presencia de radón varía notablemente según la estación del año, así como su zona geográfica. Por ejemplo, en España zonas como Galicia, Extremadura o los Pirineos presentan una mayor concentración de radón en sus suelos. El Consejo de Seguridad Nuclear ha publicado un mapa con la distribución de radón en España.

En 2018 se hizo pública una directiva europea que regula los niveles máximos de radón (2013/59/EURATOM) y que establece que la concentración anual máxima de radón no debe superar los 300 becquerelios (Bq) por metro cúbico.

El Sincrotrón ALBA y la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) han llevado a cabo un estudio en el que ha medido los niveles de radón en 20 zonas de la instalación científica (plantas bajas, subterráneos o y semisótanos) durante un año. Las campañas de medición se realizaron en cuatro periodos consecutivos, teniendo en cuenta los cambios estacionales, usando detectores pasivos que permiten obtener el valor medio de la concentración de radón en periodos de varios meses.

Los resultados concluyen que ninguno de los emplazamientos analizados se acerca al valor medio anual de 300 Bq/m3. En un espacio subterráneo, donde la presencia de personas es muy limitada, el valor medio anual es de

179±72 Bq/m3. A pesar de que no excede la dosis máxima permitida, está previsto un 

segundo estudio para analizar con más detalle esta zona y tomar las medidas preventivas adecuadas. En el resto de áreas analizadas, la media de valor anual es de 

40±11 Bq/m3 y por lo tanto el radón no representa un riesgo adicional para la plantilla y usuarios del Sincrotrón ALBA.

Este estudio ha sido contratado por el Servicio de Protección Radiológica de ALBA, que se encarga de controlar y optimizar los niveles de radiación que se dan alrededor de los aceleradores de ALBA.

A la izquierda, gráfico de cómo entra el radón en una vivienda. Fuente: Foro Nuclear. A la derecha, el investigador Lluís Font Guiteras de la UAB presentando los resultados del estudio en el Sincrotrón ALBA el pasado 19 de diciembre de 2018.